En la cervecería Centre comimos tapas clásicas: calamares, choricicos, patatas bravas… en un salón soleado y amplio. Recuerdo que estaban bien hechas, pero en un recuerdo estrecho, de jornadas de trabajo partidas con niño pequeño, en las que la separación del sueño y la vigilia se desdibuja.
En la cervecería Centre comimos tapas clásicas: calamares, choricicos, patatas bravas… en un salón soleado y amplio.
Recuerdo que estaban bien hechas, pero en un recuerdo estrecho, de jornadas de trabajo partidas con niño pequeño, en las que la separación del sueño y la vigilia se desdibuja.